Se acaba de conceder el Premio Harambee 2010. La ganadora, Frankie Gikandi, directora del centro de formación Kimlea, que ayuda a la promoción e igualdad de la mujer africana.
"La mujer africana vive como una esclava, nunca descansa", así lo asegura la keniana Frankie Gikandi, impulsora en 1992 de un centro educativo para las mujeres en la región de Limuru, a 30 km. de Nairobi, y de una clínica que ha atendido desde 2006 a 20.000 pacientes.
El proyecto, llamado Kimlea, comenzó hace 18 años y busca la promoción de la mujer que trabaja en las plantaciones de té y café. El salario, un euro y medio al día, cantidad que lógicamente les da para malvivir. Además, añade Gikandi, "el hombre no quiere tareas tan duras como las que realiza la mujer".
Además del centro educativo, el proyecto Kimlea ha conseguido abrir una clínica y, a través del programa CHEP (Children's Health Programme), pretende asegurar la sanidad de 4.200 niños y de 1.800 padres pobres durante diez años, ya que estos no pueden ir al médico por falta de dinero, causa por la cual tampoco pueden comprar medicinas.