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En Graz (Austria), vive Maria Spenger con su marido y sus hijas. Además del trabajo familiar, es profesora en una guardería. Como cooperadora del Opus Dei, aprovecha la formación que recibe para no perder la paz y buscar a Dios en todo.



Desde que comencé a asistir a algunos medios de formación, tuve muchas veces la impresión de consumir constantemente, sin poder dar nada a cambio. Ahora, como cooperadora, puedo dar algo, pero sobre todo recibo ayuda para procurar santificar mi vida ordinaria y hacerlo todo con una sonrisa.

Para mí es un reto vivir con fidelidad la oración, organizar y ordenar mi vida diaria: levantarse, rezar, niños, compras, labores de la casa, enfrentarse con montañas de ropa, cocinar... en definitiva, trabajar con prioridades y con más orden.

Una de las cosas más importantes que he aprendido es a descubrir a Dios en el prójimo, en aquellos que me rodean, en los que sufren, en los necesitados y también en la belleza y la felicidad de una relación.

Meditando el mensaje de San Josemaría, he visto cómo una persona liberada de su egoísmo es libre, generosa y aporta riqueza humana en la relación con los demás.

Publicado en la página web del Opus Dei.

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