Pintar partes de la carrocería de un coche que nadie, excepto Dios, va a apreciar es un modo de santificar el trabajo. Así lo procura hacer Gavin Dixon, un cooperador del Opus Dei irlandés. Nació en Sligo (Irlanda) y vive en Dublín. Trabaja en un taller de coches.
Recibí el Bautismo y la Confirmación de pequeño, pero no tenía conocimientos profundos sobre la fe. Un amigo me propuso que asistiera a los retiros mensuales y, poco a poco, fui descubriendo las razones de la fe.
Trabajo en un taller de coches: pinto muchos vehículos que han sido reparados después de un accidente y, en cada encargo, pido a Dios una intención particular.
A menudo trabajo con partes del coche que no se ven, pero, como ofrezco mi trabajo como una oración, me entusiasma prestar atención a los detalles en estas zonas.
Aprender cómo aplicar la fe católica de un modo práctico y enseñarlo a otros es algo que encuentro realmente atractivo y que me ayuda a que mi relación con Jesucristo sea más profunda.