Sabíamos que hacía unos meses se había celebrado en Granada una Jornada para cooperadoras que había resultado muy animante y efectiva.
Así que compartimos con todas las cooperadoras de Almería la idea de organizarla aquí. Su respuesta fue tan positiva, que pasamos de inmediato a la acción. Preparamos todo con tiempo y mucha ilusión.
La celebramos en un pueblo costero de Almería llamado San José. Iban llegando muchas personas…. Tuvimos meditación y Misa en la Iglesia del pueblo que ha sido restaurada por Talleres de Arte Granda y en la que se encuentra un bajorrelieve de San Josemaría.
Después, en el hotel Doña Pakita que se encuentra a pocos metros de la Iglesia y que nos lo cedieron amablemente, tuvimos una conferencia sobre La Evangelización en la Familia impartida por D. Javier Palos, Vicario del Opus Dei en Andalucía Oriental.
Cuando terminó la conferencia pasamos a la terraza y a un salón en donde se tuvo el almuerzo; se veía a todas las cooperadoras muy contestas y este rato dio pie para poder hablar animadamente con cada una; hubo gente que no era cooperadora aunque conocían la Obra y allí se animaron a serlo.
A continuación tuvimos una Mesa Redonda que moderaba una cooperadora de Murcia, Carmen. Es una mujer que transmite con su discurso y su convicción, la felicidad y el sentido que da a su vida el ser cooperadora.
En la mesa de cooperadoras participaron: Rosario, que habló del Foro Mujer y Sociedad, sus actividades etc..., Chufa y Sara de Red Madre y Marta, periodista, de su colaboración en el club juvenil. Entre todas dieron un testimonio muy variado y atractivo de lo que es ser cooperadora y qué pueden hacer las cooperadoras.
Resultó muy viva y muy participativa, llegó mucho a todas las presentes y hubo espontáneas que se ofrecieron a contar lo que hacían con la Asociación de Moda, en la Orientación Familiar, en Familias Numerosas… surgieron voluntarias para ayudar en Red Madre, como una enfermera que no era creyente que contaba que se acababa de jubilar y pensaba que ya estaba bien de cuidar a los demás, que ahora la tenían que cuidar a ella, pero al oír todo lo que se estaba diciendo...había decidido ayudar...y seguir cuidando a quien lo necesitara....
Asistieron unas setenta personas, el ambiente fue muy agradable y la alegría de las supernumerarias y de sus amigas cooperadoras (o que allí mismo se hicieron cooperadoras), contagiosa. Piensan repetir porque terminan con mucha fuerza para recristianizar sus ambientes.